
“Cuando existe un movimiento terrorista tan estructurado, sedimentado, y con una base sólida de 150.000 seguidores y fieles de la izquierda abertzale, el problema no puede solventarse exclusivamente de una forma policial”, afirma Manuel Avilés, profesor del Instituto de Criminología de la Universidad de Alicante, en la ponencia “Tipos de delincuentes. Diversos tipos de terrorismo” que ha ofrecido en la Universidad de Verano Bancaja de Guardamar. Asimismo, asegura que, hoy en día, ésta es la única vía a seguir: “lo que hay que hacer es apretar las tuercas policial, judicial, penitenciaria y políticamente para allanar el camino hacia una mesa de diálogo”. El experto cree que se puede encontrar una solución a este conflicto, aunque no sea en un futuro cercano.
Para el profesor, “la clave de este tema, en el peor de los sentidos, es la utilización política que se hace de la lucha antiterrorista, concretamente el uso partidista que hace la derecha actualmente”. Manuel Avilés considera que Rodríguez Zapatero intentaba terminar con el conflicto actuando, además de legítimamente, en cumplimiento de su deber como presidente del gobierno. Además, añade que “la evidencia de que el gobierno no ha cedido ante las pretensiones de autodeterminación de la banda, es que ETA ha roto el alto al fuego permanente”.
El experto asevera que los terroristas juegan con una doble vertiente, “si vencen al estado, consiguen su propósito e imponen su visión; pero si no lo consiguen, serán los suficientemente molestos para que el gobierno ceda”. Ésta es la trampa en la que no debe caer el presidente del gobierno, según explica Avilés. Igualmente, el profesor rechaza la acción etarra subrayando que “intentar conseguir unas pretensiones políticas pegando tiros es algo impracticable e inadmisible en un mundo desarrollado, democrático y en el que impera el estado de derecho”.
Respecto al terrorismo islámico, Manuel Avilés, asegura que existe un auténtico choque de civilizaciones: “tenemos un primer mundo muy desarrollado y potente económicamente y un tercer mundo dueño de materias primas con graves problemas políticos, que el terrorismo islámico invoca constantemente”. Esta lucha de poder se da en países como Palestina, Irak o Afganistán. A todo ello, Avilés añade, como el elemento más peligroso, el componente fanatizador que aporta la religión, lo cuál impide conseguir las aspiraciones de desarrollo e igualdad que existen en estas zonas.
El profesor destaca lo nocivo que es el integrismo, tanto el islámico como el que existe en occidente respecto a temas como la investigación con células madre, por ejemplo. El integrista “es el que se considera en posesión de la verdad y por ello, se cree con derecho a avasallar a cualquiera que sea distinto”, según Avilés.
Manuel Avilés, diplomado en criminología por la Universidad Complutense de Madrid, es funcionario del Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias. Además, le fue impuesta la Medalla de Plata al Mérito Penitenciario en el año 94 “por la dedicación y responsabilidad en puestos de especial dificultad, más allá de lo exigible”.
Para el profesor, “la clave de este tema, en el peor de los sentidos, es la utilización política que se hace de la lucha antiterrorista, concretamente el uso partidista que hace la derecha actualmente”. Manuel Avilés considera que Rodríguez Zapatero intentaba terminar con el conflicto actuando, además de legítimamente, en cumplimiento de su deber como presidente del gobierno. Además, añade que “la evidencia de que el gobierno no ha cedido ante las pretensiones de autodeterminación de la banda, es que ETA ha roto el alto al fuego permanente”.

Respecto al terrorismo islámico, Manuel Avilés, asegura que existe un auténtico choque de civilizaciones: “tenemos un primer mundo muy desarrollado y potente económicamente y un tercer mundo dueño de materias primas con graves problemas políticos, que el terrorismo islámico invoca constantemente”. Esta lucha de poder se da en países como Palestina, Irak o Afganistán. A todo ello, Avilés añade, como el elemento más peligroso, el componente fanatizador que aporta la religión, lo cuál impide conseguir las aspiraciones de desarrollo e igualdad que existen en estas zonas.
El profesor destaca lo nocivo que es el integrismo, tanto el islámico como el que existe en occidente respecto a temas como la investigación con células madre, por ejemplo. El integrista “es el que se considera en posesión de la verdad y por ello, se cree con derecho a avasallar a cualquiera que sea distinto”, según Avilés.
Manuel Avilés, diplomado en criminología por la Universidad Complutense de Madrid, es funcionario del Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias. Además, le fue impuesta la Medalla de Plata al Mérito Penitenciario en el año 94 “por la dedicación y responsabilidad en puestos de especial dificultad, más allá de lo exigible”.
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