miércoles, 18 de julio de 2007

"Las empresas inteligentes se dejan asesorar por un coach"

Cada vez se recurre más al coaching empresarial en las organizaciones, con el fin de ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades para conseguir un mejor resultado y alcanzar los objetivos marcados, según explica Faustino Olmos, en el taller “Coaching. Sacar el máximo partido a nuestros recursos propios en el mundo del trabajo”, de la Universidad de Verano Bancaja de Guardamar. Este tipo de práctica se puede aplicar a cualquier organización, independientemente de su tamaño o su actividad. Olmos opina que “las empresas que empiezan a trabajar en esta técnica y se dejan asesorar, avanzan en su desarrollo”.

El coaching se ha puesto de moda porque las empresas se dan cuenta de que los métodos tradicionales de formación, en ocasiones, son ineficaces, según el especialista. Cuando se adquiere un conocimiento es posible que ciertas creencias anteriores impidan desarrollar esta habilidad adecuadamente. Para solucionar esta situación, se recurre a dicha técnica. Faustino Olmos explica que “la formación cambia comportamientos, el coaching cambia creencias”. El entrenador o coach debe ayudar al trabajador a conocerse a sí mismo, formulando las preguntas que considera que le ayudarán a encontrar las respuestas y las soluciones a sus conflictos. De este modo, un coach no da consejos, sino que es el propio trabajador quien debe encontrarlos. Para Olmos, “una sesión de coaching siempre termina con un compromiso de acción en el que el alumno tenga claro cómo va a actuar para solucionar el problema que está tratando”.

El profesor está convencido de que “si se quiere cambiar una organización hay que cambiar a sus directivos o, al menos, a sus cargos medios que son los que crean el clima de la empresa”. Además, un directivo debe darse cuenta de que su papel no es sólo ordenar sino reconocer, enseñar, formar y respetar a los demás. Estos son los valores que la técnica del coaching transmite y con ello se consigue un clima de trabajo más placentero y que aboga por la conciliación de la vida personal con la profesional.

Una de las ideas erróneas que se deben cambiar sobre el coaching es que el coach trabaja sólo desde la debilidad, mientras que también ayuda a potenciar las destrezas. Además, esta técnica se aplica tanto al ámbito empresarial como al personal, ayudando a superar cualquier tipo de problemas.

Olmos teme que “el mismo exceso de modernidad que vive el coaching en la actualidad, le haga morir como una moda. Lo bueno sería que se perpetuara”.

Faustino Olmos, licenciado en geografía e historia, forma parte del departamento de gestión del conocimiento de la empresa Axa Winterthur.

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