viernes, 20 de julio de 2007

Érase una vez...

Un aula ambientada con velas e incienso, los alumnos sentados en círculo y la frase popular de “Érase una vez…” son los elementos indispensables para narrar los dos cuentos que dan comienzo a la sesión de “Cuentacuentos”, impartido por Llorenç Giménez y Óscar Mora en la Universidad de Verano Bancaja de Guardamar.

En este taller la dinámica es muy sencilla. Los primeros días, los alumnos cuentan anécdotas, chistes…breves relatos de humor que sirven como primera toma de contacto, para que los alumnos se suelten. Después, se les asigna al azar un cuento para que lo lean y lo cuenten, tanto para niños como para adultos, de humor y amor. Y al final de la semana, son los alumnos los que tienen que crear su propio cuento. Esta noche, en la denominada “La noche del Cuentacuentos” tendrán que contarlo delante de todos los alumnos de la Universidad de Verano, así como mañana en el acto de clausura.

Según Oscar Mora, la técnica que suelen utilizar para que los alumnos creen sus propios cuentos es la del “binomio fantástico” de Gianni Rodari, que consiste en seleccionar de dos sacos diferentes un papelito. En cada uno de esos sacos aparecen palabras totalmente dispares entre sí. Cada alumno selecciona un papel de cada grupo, con lo que conseguirá dos palabras, que son las que integran el binomio fantástico, y con las que debe escribir una historia, tomándolas como eje centrar e intentando vincularlas. “Esto sirve para ayudar a elegir una temática y para que tengan la seguridad para después contar solos el cuento” afirma Llorenç. Ambos afirman que entre el grupo de alumnos hay algunos muy buenos, que además de idear buenos cuentos, los cuentan con estilo propio.

Para ellos, este año el taller ha tenido una afluencia variada, ya que a él se han acercado diferentes profesores y ponentes que se han interesado por este taller, animándose incluso a participar en él y contar algún que otro cuento.

Llorenç Giménez y Óscar Mora son cuentacuentos profesionales y se dedican a contar sus relatos a lo largo del territorio valenciano. Llorenç, con un estilo más tradicional, reinventa antiguos cuentos y tiene un estilo de narrar que se asemeja “al de una persona pueblerina que disfruta narrando la historia”. Por otro lado, Óscar es “más de café-teatro, más para adultos”, considerándose un cuentacuentos “más cañero y políticamente incorrecto”.

Y… “a la crick, crick, crik el conter ja s’ha dit, a la crack, crack, crack, el conter ja s’ha acabat”.

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